Nada empaña tanto el brillo de la vida como la costumbre de aceptar ciertas cosas como comunes y corrientes, sin reparar en ellas. habiéndome dado cuenta de esta verdad, mis sentimientos descubren ahora milagros de belleza, en objetos que antes pasaban inadvertidos.
El fresco perfume del zumo de naranja, el rojo rubí de la jalea de frutas sobre la tostada caliente, una escudilla verde, llena de pétalos color bermellón, las zinnias del jardín de un vecino, con las diminutas estrellas amarrillas en su centro.
En el alba gris, el alegre canto carmesí del petirrojo contra el pardo piar de los gorriones, la lluvia, bajo cuya luminosa bruma gris resplandece las llamas verdes de la hierba, lluvia de primavera.
Cada día trae consigo alguna nueva experiencia cuando reconoces cualidades de exquisitez en las cosas comunes. Y no importa donde ni como pase yo mi ancianidad, permanecerá conmigo aquél recuerdo de belleza, dando así color a cualquier posible desolación.
Eleonor Stock.
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