En complicidad con la mente y el cuerpo que arden de sed, que se queman en llama ardiente, y explotan como volcan mientras se mira a distancia el fuego que no tiene escapatoria, sino que aumenta cada dia, entre cualquier espacio, cualquiera que sea, durante la noche, o el dia, entre sabanas de cedas como tambien de cualquiera. Mientras el vibrar en todo espacio se siente por medio de un corazon que late, mientras suspira, que no espera, pero que acepta, que mira hacia el extremo sin escapatoria, porque no hay escapatoria. Es esa complicidad que se forma un dia, que levanta muertos, que goza hasta en la muerte, porque es tan fuerte su fuerza, que libera, que ama, que no espera, pero que SIENTE.
En comlicidad, sin escapatoria.
Juana Vasquez
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