Mis experiencias me llevaron a cuestionar el origen de muchas cosas.
Era casi una incógnita el querer entender el origen del dolor, por ejemplo.
Este libro es un pasaje hacia ese hueco un día forjado, creado por
circunstancias y atado en esa azotea oscura donde el tiempo lo hace muy difícil
de entender.
Es que la búsqueda de la verdad no es un camino de glorias, sino un
viaje a ese camino rocoso y difícil, que se encarga de obstaculizarnos. Si nos
ponemos a pensar, lo más fácil sería no batallar con lo que no se conoce, sino
ignorar todo lo que parezca no tener rostro. Es que entender cualquier peldaño
de la vida misma es muy costoso, la vida de por si no regala nada; la vida sólo
ofrece frutos a quien frutos quiere. Es que buscar el origen de cualquiera que
sea la inhabilidad en nuestro ser, envuelve esfuerzo, tiempo, dedicación y
entrega, mucha entrega.
En sí, andamos muy atados a la vida social, a la gran carrera, a las
reuniones sociales, al último grito de la moda, y nos olvidamos que
desconocemos nuestro origen, y así caminamos ante la vida, enajenados por el
materialismo, atados a la miseria, y es que no sabemos más, no conocemos más y
la cantidad de distracciones en el mundo distraen la búsqueda de auto
conocimiento.
En esta búsqueda fue para mi una gran sorpresa descubrir la
importancia de enfrentar el miedo, en este libro navego a reconocer ese momento
cualquiera que fuese como esa oportunidad de desatar ese nudo, pero el causante
de ese dolor, dolor que provoco que el miedo se apoderara de mi existencia en
un momento dado, un dolor atado a la carne, una carne débil atada sin salida,
que no conoce limites, que no mira barreras, que no analiza, que se pierde con
facilidad en las drogas, en el alcohol, en el mundo. ¡Que difícil es detenerse
a enfrentar esa pena, mirar su semblante, entender el por qué de su existencia!
Por otro lado este libro explica cuán difícil es encontrar total
balance personal sin entender el espíritu y lo que éste representa. A mí me
costo entender cualquier esquema que oliera a religión; pero aquí explico la
importancia de reconocer que lo que somos es espíritu, y por ende, la
liberación de éste se encuentra en vencer al mundo representado por la carne.
La liberación de la carne se encuentra en la confrontación con uno mismo.
Y es que cargar la propia cruz hasta el
final, con fe y confianza, no es tarea de muchos, es llegar a ese entendimiento
total para después caminar en ese sendero enfrentando todo viento o marea. No
hay otro camino de liberación personal, la libertad del espíritu llega por la
liberación del pecado, es que toda atadura hecha por medio de la ignorancia de
todo conocimiento personal sería entendida en ese caminar, en el momento de
enfrentarse así mismo, es que sólo pensamos saber, pero todo lo referente a la
vida propia lo desconocemos.
Pero aquí, en guía de lo divino, por amor a la
vida, a la humanidad, un esquema aprendido bajo un largo andar y un sin número
de preguntas a las que decidí buscar respuestas y explicación lógica. Por
igual, por respeto a Jesucristo y a su vida, lo que éste ha significado para el
mundo, su existencia en nuestras vidas, su gran amor por la humanidad, su
empeño en llevarnos la verdad, una guía, un camino seguro, donde el mal, el
egoísmo, la avaricia, el materialismo, y todo lo que represente este mundo no
pueda entrar. Por amor a este gran ser que dio su vida para enseñarnos lo
importante de morir para volver a nacer, un ser cuya misión ha sido curar
enfermos, me vi en la necesidad de llevarles este libro, que ha venido a mí
como regalo ante las adversidades de mi propia vida.
Juana Vasquez/Encontrando la Luz
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